El Diálogo
¿Es posible una democracia sin diálogo?
¿Por qué la política debe ser ética?
Persuasión y diálogo éticoJürgen Habermas
En las polis griegas, cada una en su sistema político, la asamblea era el lugar de deliberación. Especialmente en Atenas el ágora, o la plaza pública, era donde los ciudadanos exponían sus ideas, deliberaban y persuadían. Pero sobre todo, era el lugar ad hoc para la reproducción de la racionalidad democrática. Políticos, filósofos, militares y ciudadanos en general acudían a las calles y a las plazas para el encuentro e intercambio de ideas. Podemos afirmar que la comunicación de las ideas, el lenguaje, constituían entonces el núcleo de la racionalidad democrática.
https://youtu.be/kC4fvxWxDH8
https://youtu.be/-4gdww4lq1U
https://youtu.be/EFPPrRjiWw8
Competencia comunicativa
En este sentido, el filósofo Jürgen Habermas (1929), crítico de la racionalidad moderna, adscrito al pensamiento de la Escuela de Frankfurt, estableció una propuesta de competencia comunicativa que rescata la ética discursiva como base de la racionalidad democrática.
Para Habermas, la racionalidad es la capacidad de acción comunicativa, que no se limita al medio utilizado. La racionalidad es capaz de desencantar, liberar a los interlocutores de imágenes y mitos que estos se forman de la realidad.
Es en la comunicación discursiva, en el diálogo, donde se cuestionan los conceptos predominantes. En este sentido podemos afirmar que la comunicación es una acción liberadora.
Ética discursiva y democracia
Siguiendo a Habermas, no hay verdad ni valor si no es a través de la acción comunicativa. El lenguaje es una interacción simbólica de subjetividades que pretende alcanzar consensos universales. La finalidad del lenguaje es ser entendido.
Este consenso se encuentra gracias a que todo lenguaje supone:
• Inteligibilidad: Debe ser comprensible.
• Verdad: Lo que se dice debe coincidir con lo objetivo.
• Rectitud: Para el acto del habla debe atenerse a un conjunto de normas.
• Veracidad: Lo que se dice debe concordar con lo que se piensa.
Esta ética discursiva es considerada por el propio Habermas como una ética del deber (deontológica), ya que no se ocupa de la vida buena, en abstracto, sino del obrar correcto o justo.
En la ética discursiva coincide la construcción de la identidad personal con la socialización del individuo. Así, la justicia y la solidaridad son dos dimensiones de una misma realidad. Como el lenguaje busca acuerdo entre los sujetos, la ética también tiene como finalidad la construcción de la comunidad donde el individuo pueda realizar su identidad personal.
La ética discursiva deja ver la relación entre la verdad y rectitud en el acto moral que tienen un mismo objetivo, aunque la primera pertenece al mundo objetivo y la segunda al ámbito social. La verdad, que se desenvuelve en el habla, expone la realidad objetiva. La rectitud, en cambio, se propone crear lazos intersubjetivos.
En este punto, la acción comunicativa es una propuesta ética pertinente para la profundización de la democracia, pues supera la monología del imperativo categórico kantiano por la dialogía del discurso de la argumentación moral.
Por eso en su libro Teoría de la acción comunicativa Habermas concluye que «Solamente pueden exigir validez aquellas normas que podrían encontrar el asentimiento de todos los afectados como participantes de un discurso práctico».
Diálogo y democracia
El diálogo es una condición ética de la democracia. Valores fundamentales como la paz, el ejercicio del espíritu crítico, así como el intercambio respetuoso de opiniones flexibilizan las distintas posiciones que se encuentran en el diálogo. Solo sobre la base de estos principios, una sociedad democrática puede alcanzar consensos.
El diálogo como intercambio de racionalidades, de ideas, requiere el respeto al otro, que se considera igual en dignidad y derechos.
En definitiva, el diálogo hace posible el intercambio de opiniones y es en sí mismo una virtud democrática, porque evita el recurso a la violencia y admite el cambio de opinión.
ACTIVIDAD
Analizar la película Ágora (2009) en el contexto filosófico, político, científico y religioso.
a. Contextualizar el argumento
En primer lugar, es conveniente contrastar la temática de la película con fuentes filosóficas, comentarios de autores especializados o blogs especializados.
b. Análisis formal
• Elabora la ficha técnico-artística
• Realiza un comentario sobre el director y su obra.
c. Análisis del contenido
• Sintetiza el argumento de la película y sitúa los temas que aborda en la historia del pensamiento.
• Lleva a cabo un análisis crítico de la película en relación con los temas que trata.
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